La ambición de investigación de Guerbet es ofrecer a los profesionales y pacientes de radiología soluciones seguras e innovadoras, ya sean medicamentos o dispositivos médicos (incluidas soluciones de "software"), que satisfagan sus necesidades. El trabajo de Guerbet se centra en dos segmentos: imagen diagnóstica e imagen intervencionista.
Las dos actividades de la radiología, imagen diagnóstica e imagen intervencionista, son investigadas en las tres áreas terapéuticas principales de oncología, cardiología y neurología.
En oncología, la incidencia de las formas más comunes de cáncer (pulmón, mama, próstata, colorrectal e hígado) están en constante crecimiento. Este aumento se debe a la combinación de mayor esperanza de vida y factores de riesgo conocidos, como fumar, comer poco saludable, estrés, riesgos ambientales, etc. Esto se traduce en un mayor número de exámenes de diagnóstico en etapas cada vez más tempranas destinadas a mejorar la atención al paciente y calidad de vida y el seguimiento del tratamiento del paciente. La tendencia en el tratamiento del cáncer de mama es un ejemplo perfecto del papel que desempeñan los diversos tipos de imágenes médicas, ya que la resonancia magnética desempeña un papel vital en la detección y/o monitoreo de la enfermedad. Este procedimiento acelera el diagnóstico temprano, cambiando radicalmente la estrategia del tratamiento y permitiendo la remisión libre de la enfermedad. Además, el mapeo de los ganglios centinela se puede utilizar en esta misma enfermedad para limitar la intervención quirúrgica a lo estrictamente necesario.
En cardiología, la evaluación de enfermedades cardiovasculares a través de imágenes mediante la inyección de medios de contraste es vital para investigar las consecuencias de enfermedades graves para los pacientes que presentan síntomas y/o presentan factores de riesgo asociados (como obesidad, diabetes, colesterol alto, estrés, presión arterial alta y fumar). El diagnóstico efectivo permite clasificar a los pacientes de acuerdo a su perfil de riesgo y la presencia o ausencia de signos clínicos para determinar las opciones de tratamiento más apropiadas: monitoreo preventivo, elección de un solo medicamento o varios medicamentos, o una estrategia de cirugía mayor o de intervención quirúrgica. En esta especialidad por ejemplo, la proyección de una imagen intervencionista proporciona una vista de la parte estrecha de los vasos sanguíneos que necesita atención médica, guía los procedimientos endovasculares y proporciona un control inmediato de la efectividad de la dilatación resultante. Este tipo de tratamiento, que es menos invasivo para el paciente y menos costoso para la comunidad en términos de tiempo de hospitalización y monitoreo del paciente, ha reemplazado la cirugía en muchos casos.
En neurología, la resonancia magnética ha demostrado su valía a través de imágenes del sistema nervioso central (SNC), al permitir, por primera vez, diagnosticar lesiones que no se pueden ver con un escáner de Rayos X. Las inyecciones de medios de contraste durante las imágenes del SNC permiten la investigación de enfermedades tumorales (tumores cerebrales primarios o metástasis cerebrales relacionadas con un cáncer primario), enfermedades inflamatorias (como la esclerosis múltiple), afecciones degenerativas (como la enfermedad de Alzheimer), trastornos vasculares (como accidentes cerebrovasculares) y enfermedades infecciosas (como abscesos cerebrales). Para la mayoría de estos trastornos crónicos, los medicamentos disponibles para detener su desarrollo siguen siendo inadecuados. Por lo tanto, son un importante problema de salud pública debido al envejecimiento de la población, una mayor esperanza de vida y el coste elevado de cuidar a estos pacientes dependientes.
Las imágenes intervencionistas también se pueden usar para tratar con éxito una gran cantidad de malformaciones arteriovenosas cerebrales sin cirugía.